Educar en la creatividad: Niños de cinco años que
escriben historias
Hay actividades que despiertan la
imaginación de los niños, que les invitan a soñar y crear otros mundos, otros
paisajes, otras historias con personajes increíbles. Cuando se crea el clima
adecuado, el resultado de estas intervenciones suelen ser creaciones únicas y
personales.
En uno de nuestros Talleres Creativos
se les pidió a los niños que hicieran un retrato vegetal, disponían de variados
elementos de la naturaleza como flores, hojas, palos, frutos secos, legumbres,
que tenían que ir colocando sobre una base rígida.
Leire, una niña de cinco años,
concentrada en su obra, iba colocando lentamente cada pieza de lo que sería su
retrato: resultó ser una casa en el bosque. Un retrato muy especial, ya que la
casa tenía cara y hasta pendientes, era una casa con vida, un personaje! Pero
había que descubrir la historia que escondía esta composición.
Cuando Leire hubo terminado, le
preguntamos si le apetecía contar la historia de esta casa. Si, dijo.. y así es como fuimos
escribiendo lo que nos contaba, ya que sus cinco años no le permitían hacerlo.
Estamos seguros que la historia fue tomando forma en su imaginación mientras
trabajaba en su composición con los elementos vegetales. Aquí os presentamos este cuento escrito por
una niña de cinco años:
La historia de la Casa del
Bosque
Hace 150.000 años se construyó una
casita en el Bosque Encantado de los Lobos-Gnomos. La casita estaba
deshabitada. Un día pasó por allí una Señora-abuela y le dijo:
- Hola Señora Casa, puedo vivir
aquí?
- Nooooo!...
Entonces la Señora-abuela tocó la
puerta. Toc, Toc, Toc.. y la puerta se abrió y la casita se la comió. La
casita empezó a hacer la digestión
y un líquido verde salió por la chimenea.
Era una casita muy tragona,
también se había comido a los Lobos-Gnomos. Después de hacer la digestión, como siempre, la casita se
puso a dormir. Y el Bosque se quedó tranquilo de nuevo.
Esta actividades creativas no tienen como único objetivo que
los niños pasen un rato divertido, dibujen, escriban.. persiguen metas más
ambiciosas ya que educar en la creatividad es educar para el cambio y formar
personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa,
confianza, dispuestas a asumir riesgos, sin miedo a equivocarse, y listas
para afrontar los obstáculos y problemas que se les vayan presentando en la
vida.
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Basagoiti, 40. Algorta (Parque María Cristina) / txikiplan@serviciosculturales.com
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